miércoles, 23 de febrero de 2011
En Bali se sufre
Sufren tus pulmones cuando conduces en hora punta. Sufren tus pies cuando toca andar por el coral. Sufre tu piel cuando se te olvida bajar la mosquitera. Sufre tu estómago cuando pruebas comidas demasiado especiadas. Sufre tu cartera cuando te hacen pagar visado. Sufre tu moral cuando ves lo jóvenes que son algunas "chicas de compañía". Sufren tus músculos cuando te pegas baños de 4h. Sufre tu bolsillo cuando te caza un policía y le tienes que sobornar. Sufren tus piernas de patear templos. Sufre tu piel ante el incesante acoso del Sol. Sufre tu cabeza al levantarte tras las noches de Kuta. Sufren tus oídos con los insistentes vendedores de mercadillos. Sufre tu conciencia cuando ves lo explotada que está la isla. Sufre tu orientación entre los arrozales. Sufre tu corazón con los sustos que te dan los lagartos. Sufre tu tabla con el constante traqueteo contra el rack. Sufre tu moto cuando le llevas por caminos poco recomendables. Sufre tu memoria cuando pierdes la noción del tiempo. Sufre tus hombros cuando remas a picos lejanos. Sufre tu espalda cuando te castiga el coral. Sufre tu cuello cuando haces el salvaje en la piscina. Sufre tu culo tanto tiempo en moto. Sufre tu mente al pensar en dejar ese ritmo de vida. Sufre tu paciencia con las esperas en aeropuertos. Sufre tu garganta con el aire acondicionado del avión. Sufres tu, porque no te quieres ir.
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